España es, según los datos arrojados por el Eurostat, el país de la Unión Europea con la tasa más alta de desempleo juvenil: el 37,7% de jóvenes españoles de entre 15 y 24 años de edad se encuentra en paro. De hecho, solo en nuestro país hay 1,4 millones de personas trabajando en prácticas, según un estudio llevado a cabo por Comisiones Obreras con datos del año 2017. Esto contrasta enormemente con el número de jóvenes que poseen un contrato de formación, que asciende a 193.196. En total, por lo tanto, estamos hablando de que casi 1,5 millones de trabajadores lo hacen como becarios o en prácticas.
En Andalucía, por otra parte, los datos no son mucho más esperanzadores: según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística, durante el primer semestre de este año el 51,09% de los jóvenes carecía de empleo, una cifra que supera a la media española.
Al terminar un ciclo de FP o un grado universitarios, los estudiantes pueden encontrar su primera experiencia laboral a través de tres vías principales:
De otra manera, todos aquellos menores de 25 años que no puedan optar a un contrato de prácticas, pueden beneficiarse de un contrato de formación. El objetivo de estos es consolidar el aprendizaje académico al mismo tiempo que se adquiere un nuevo oficio.
Contratar jóvenes mediante esta modalidad tiene como objetivo ofrecer salidas laborales a todos aquellos que no han tenido la oportunidad de terminar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), y que pueden experimentar determinadas dificultades a la hora de acceder al mercado laboral.
Caja Rural del Sur, al igual que el resto de entidades que forman el Grupo Caja Rural, ofrece contratos en prácticas a todos aquellos jóvenes que buscan introducirse en el mercado laboral, en concreto en el sector bancario y cooperativo financiero. Si este es tu caso, no dudes en revisar diariamente nuestras publicaciones en redes sociales o visitar la web ruralempleo donde Caja Rural del Sur, y otras entidades de Grupo Caja Rural, publican sus ofertas laborales.
Contratar jóvenes becarios es una muy buena forma de promover la diversidad generacional en las empresas. Además, hay que tener en cuenta que, mediante este tipo de contrataciones, también se está ayudando a personas que necesitan ganar experiencia e introducirse en el mercado laboral.
Cuando un joven acepta un trabajo como becario en una empresa, asume que su experiencia no será igual al resto que pueda llegar a tener. Esto se debe, por una parte, a que el salario que recibirá será notablemente menor, y por otra, a que las tareas que desempeñe serán tutorizadas en todo momento por un trabajador que cuente con más experiencia.
Gracias a la existencia de estas colaboraciones entre universidades y empresas, estas últimas pueden formar desde el principio y a un coste muy bajo a muchos trabajadores con los que pueden llegar a contar en un futuro.
También debemos tener en cuenta los contratos de prácticas o de formación, pues apostar por ellos puede conllevar bonificaciones y descuentos para la empresa.
Para tener derecho a estas bonificaciones, las empresas nunca deben ofrecer un salario inferior al mínimo interprofesional.
Todas aquellas empresas que, tras la finalización del contrato en prácticas o becas, decidan incluir a estos trabajadores en sus plantillas, pueden optar a más beneficios fiscales.
Si, por ejemplo, tras una beca de dos años, la empresa le ofrece un contrato indefinido a ese trabajador, la Seguridad Social le descontará 500 euros mensuales en las cuotas empresariales durante tres años. Si, además, es una trabajadora, este descuento puede llegar hasta los 700 euros.
Para terminar, apuntar que, en cuanto al contrato de formación, las empresas pueden llegar a ahorrarse entre un 25 y 50% de los costes que supone formar a un empleado.