Acabas de adquirir un vehículo y, antes de empezar a usarlo, deberás buscar un seguro que se adapte a tus necesidades y contratar una póliza. Si te encuentras en este punto, también te verás en la obligación de designar los conductores que podrán utilizar el coche. En este caso, contar con un seguro es una cuestión obligatoria con el objetivo de mitigar los perjuicios que puedan sufrir todas las personas afectadas en un accidente donde uno de los conductores circulaba sin un seguro vigente. De hecho, hacer esto implica graves consecuencias, responsabilidades y gastos, por no hablar de las sanciones en caso de ser descubierto.
Antes de contratar un seguro para el coche es recomendable analizar nuestras necesidades y circunstancias personales, conviene no dejarse llevar por el precio de la prima. La clave está en encontrar cierto equilibrio, basando la elección en función de los servicios importantes que podríamos necesitar en cualquier momento. En este punto, será de gran ayuda detectar condiciones de la póliza que sabemos que no vamos a utilizar para evitar pagar de más.
Podemos destacar tres tipos diferentes de seguros para el automóvil: seguros a terceros, a terceros ampliado y seguros a todo riesgo. Esta información también resulta esencial a la hora de elegir la póliza que mejor se adapte a cada caso concreto.
Se trata de la opción más básica que solo cubre lo estrictamente necesario y es, por lo tanto, obligatoria. Este seguro ofrece garantías ante posibles daños que podamos ocasionar con el coche a otras personas o vehículos cuando el accidente haya sido consecuencia de una infracción por nuestra parte.
La “Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor”, se encuentra representada en el Real Decreto Legislativo 8/2004. Esta normativa se encarga de regular la obligatoriedad que tienen los conductores, tanto de coches como de motos, de responder ante posibles accidentes causados por ellos.
Como su propio nombre indica, un seguro a terceros solo cubre los daños ocasionados a terceros, bien sean elementos materiales o personas. Sin embargo, esta opción puede dejarnos desprotegidos ante daños contra nuestro propio coche, como puede ser la rotura de lunas, incendios o la sustracción del vehículo.
Generalmente, las compañías aseguradoras no cuentan con servicios de coberturas mínimas como las que acabamos de relatar. En estos casos, se añaden estas coberturas extra a un seguro a terceros convencional, lo que se conoce como seguro a terceros ampliado.
Estas pólizas van un paso más allá de las coberturas obligatorias, complementan la responsabilidad civil voluntaria o lo que es lo mismo, permiten ampliar las garantías ante daños materiales o personales. Además, es posible que incluyan otra cobertura habitual: la defensa jurídica del asegurado y del seguro contratado ante posibles daños que podamos sufrir como conductores.
Es el más habitual cuando nos compramos un coche nuevo o de gran valor y queremos minimizar los riesgos. En este caso, el conductor asegurado no solo estará cubierto frente a posibles daños que pueda ocasionar a otros vehículos o personas, también lo estará frente a posibles daños propios y de terceros. Evidentemente, esta ampliación de las coberturas supone un encarecimiento de la prima.
¿Qué entendemos por daños propios? Pueden ser golpes, abolladuras e incluso el siniestro total del vehículo. En definitiva, se trata de todos los daños que se producen en nuestro coche y que podemos haber causado nosotros mismos o terceras personas. Conviene tener en cuenta que el coste de la cobertura dependerá de la gravedad de los daños sufridos.
Si bien es cierto que, atendiendo al precio de las primas, las aseguradoras intentan establecer precios competitivos, tratando de evitar un encarecimiento excesivo del servicio. Para conseguirlo ofrecen, de forma habitual, lo que se conoce como seguro a todo riesgo con franquicia. Estas pólizas establecen una cuantía determinada de dinero que el asegurado deberá pagar en caso de accidente del vehículo.
Si, por ejemplo, contratamos un seguro a todo riesgo con una franquicia de 200 euros, este será el importe que deberemos pagar en caso de siniestro y de forma independiente al pago de la cuota anual. Si, por ejemplo, la reparación de los daños en el coche supone un coste de 2.500 euros, el asegurado solo tendrá que abonar 200 euros, el resto lo asumirá la aseguradora. Además, es importante destacar que cuanto mayor sea la cantidad de dinero de la franquicia, más barata será la prima.
El artículo 3 del Real Decreto Legislativo 8/2004 establece que conducir un coche sin seguro es un acto delictivo y, como tal, conlleva una sanción. La multa por circular sin haber contratado una póliza con una aseguradora puede oscilar entre los 601 y los 3.005 euros. El importe final a pagar dependerá de la gravedad del delito, una condición que se establece en función del tiempo que el coche o moto lleva circulando sin seguro o la reiteración del conductor en este tipo de infracción.
En cuanto a las sanciones económicas, el Real Decreto Legislativo 7/2004 establece que “las autoridades competentes en materia sancionadora tienen la obligación de entregar al Consorcio de Compensación de Seguros el 50% del importe de las sanciones recaudadas por este precepto, para hacer frente a las indemnizaciones a las víctimas de accidentes en el caso de que el vehículo implicado en el accidente no tenga la póliza suscrita.”
Así es, todas las consecuencias por este tipo de acto se recogen en el artículo 3 del Real Decreto Legislativo 8/2004.
Es una cuestión a tener en cuenta antes de decidir circular con un vehículo sin seguro, ya que en caso de tener un accidente será el conductor quien deba abonar todos los gastos generados por el siniestro. Cuando este no pueda asumir el pago y se declare insolvente, entrará en juego el Consorcio de Compensación de Seguros para abonar tanto los daños materiales como la asistencia sanitaria a las víctimas.
Las compañías aseguradoras destinan un 2% del dinero recaudado con el cobro de las primas a un fondo gestionado por el Consorcio, el objetivo no es otro que asegurar la viabilidad económica de esta entidad.
En caso de sufrir una sanción por circular sin seguro, la normativa establece que el coche debe ser inmovilizado y trasladado a un depósito entre uno y tres meses. Trascurrido ese periodo de tiempo, el conductor deberá contratar el seguro obligatoriamente para poder recuperar el vehículo. Evidentemente, esta consecuencia no exime al infractor del pago de la multa.
Si el conductor que circula sin seguro en su coche se ve implicado en un accidente que deriva en un proceso judicial, es importante saber que no podrá contar con defensa jurídica como consecuencia de esta infracción.
Es posible conducir el coche que está a nombre de otra persona, siempre y cuando llevemos con nosotros el permiso de conducir y este se encuentre vigente. Sin embargo, algunos seguros pueden no cubrir estas situaciones en caso de accidente. Esta es una cuestión que dependerá del tipo de póliza y cobertura que el propietario del coche haya contratado.
Generalmente, el seguro de un vehículo cubre cualquier daño que se ocasione a terceros, sin reparar en quién conduce el vehículo en el momento del siniestro. También puede darse el caso de que ese conductor no sea el causante del accidente, entonces será el seguro del vehículo responsable quien deba responsabilizarse de los perjuicios sufridos. El seguro del conductor responsable asumiría todos los gastos por daños materiales o personales que haya podido sufrir la parte implicada.
Llegados a este punto, es importante destacar que si el conductor responsable del accidente no aparece en la póliza contratada, es posible que las indemnizaciones que debe abonar el seguro se pueden retrasar o incluso no producirse. Existe la posibilidad de que, a pesar de contar con un seguro a todo riesgo para el vehículo implicado en el accidente, si la persona que conducía no figura en la póliza, los daños personales o del vehículo podrían no estar cubiertos por el seguro.
Podemos establecer dos requisitos básicos para garantizar la cobertura del seguro cuando un conductor que no figura en la póliza se ve inmerso en un accidente.
En Caja Rural del Sur creemos que es fundamental tomar conciencia sobre los riesgos que entraña conducir un coche sin seguro. Es un requisito fundamental para que todos podamos viajar con total seguridad y garantías. Por ello, contamos con un seguro para automóviles que se adapta a tus necesidades.
Para ampliar esta información, no dudes en contactar con nosotros en tu oficina más cercana o por vía telemática.