El 6 de abril comenzó la campaña de la declaración de la renta 2021, y finalizará el 30 de junio. Si has tenido ingresos brutos anuales de más de 22.000 euros o dispones de beneficios en materia de ganancias patrimoniales, debes saber cómo tributan los fondos de inversión y las acciones.
Desde luego, saber qué obligaciones existen con cada producto financiero es importante, ya hagas tú mismo la declaración o le confíes a un gestor su presentación.
Lo primero que hay que tener presente es que en la declaración de la renta no tributan de la misma manera las acciones de una empresa que los bienes inmuebles o los fondos de inversión.
Las acciones y las ganancias generadas de los fondos de inversión tributan en la base de ahorro:
Las acciones tributan como ganancias patrimoniales.
Los beneficios tributan como rendimiento de capital mobiliario.
Las acciones llevan consigo rendimientos explícitos. Por esto mismo, a la hora de beneficiarse de los dividendos, graban de manera automática con un 19%, para después dependiendo de la cuantía que se perciba, se tribute hasta un 23% de IRPF al compensarse los impuestos que se abonan al Estados durante la presentación de la renta.
De otra forma, el abono de los impuestos por las acciones ocurre cuando se venden, no cuando se encuentran en la cartera de inversión. Así, dependiendo de las ganancias generadas a partir de su venta, el impuesto que se aplique será uno u otro.
Las ganancias patrimoniales son aquellas que se generan cuando la acción ha sido vendida por un precio mayor al que se compró en un primer momento. Al igual que ocurre con otros beneficios económicos, también deben declararse en la renta.
Dependiendo de las ganancias que se obtengan, su tributación variará:
Beneficios de hasta 6000 euros: tributan al 19%.
Beneficios de entre 6.001 y 50.000 euros: tributación del 21%.
Beneficios que superen los 50.001 euros: 23% de retención.
Teniendo esto en cuenta, la cantidad que tenemos que meter en el IRPF es el resultado de restar las ganancias que se han generado por vender las acciones, el precio original de compra y los gastos de las diferentes operaciones.
Los fondos de inversión y las acciones se contemplan en la base de ahorro de la declaración de la renta, por lo que tienen la obligación de tributar en el IRPF. A pesar de esto, disponer de cartera de inversión no hace que tengamos que pagar impuestos en todos los casos. Esto solo ocurre cuando se venden acciones o se generan ganancias.
De esta manera, tenemos que abonar un porcentaje de IRPF cuando seamos beneficiarios de ganancia o pérdidas patrimoniales. O lo que es lo mismo, cuando generemos rendimientos o pérdidas de operaciones fiscales, como por ejemplo al vender acciones o participaciones de fondos de inversión.
En el momento de realizar la tributación de los productos de inversión es esencial saber en qué consisten los rendimientos explícitos y los implícitos.
Rendimiento implícito: ganancias o pérdidas que se generan después de vender un producto financiero y que ha dejado de estar en tu posesión. Un buen ejemplo de esto son los beneficios ganados tras vender acciones, bonos o acciones en fondos de inversión.
Rendimiento explícito: los rendimientos generados de la rentabilidad de un producto financiero, pero que sigue en tu poder, es decir, que sigues siendo su titular. Las ganancias se derivan de productos que no se han vendido, como por ejemplo el beneficio obtenido de las acciones de una empresa.
De esta manera, los productos del tipo de los fondos de inversión se tributan cuando hay un beneficio generado, solo cuando recibimos las ganancias producidas. Es decir, no se debe pagar impuestos por los fondos de inversión mientras estos no produzcan un beneficio económico.
Unido a la distribución impositiva que ya hemos comentado en este post, vender acciones conlleva seguir unas normas determinadas, siendo la FIFO o First In, First Out es de las más importantes.
Estamos ante una nueva norma que tiene que ver con los tiempos de venta, y que marca que el inversor tiene que vender antes aquellas acciones que se compraron primero, y después las adquiridas en último término.
De igual modo, en cuanto a la tributación de las acciones extranjeras, en casi todos los casos tienes que meter los datos manualmente en el programa renta web. Lo más recomendable es que leas atentamente el manual que pone a tu disposición la Agencia Tributaria, y que te pongas en contacto con tu bróker para aclarar las referencias del valor.
Unido a todo esto, para operaciones donde hayas percibido ganancias en divisas diferentes al euro, tendrás que realizar el cambio de moneda atendiendo a los datos correspondientes.
En un presente como el que estamos viviendo en el que la inflación no deja de aumentar, cada vez más personas sienten inseguridad ante el estancamiento de sus ahorros, por lo que toman la decisión de invertir en acciones o fondos de inversión.
En Caja Rural del Sur sabemos esto, por lo que ofrecemos a todos nuestros clientes un equipo experto de asesores, para que se informen correctamente antes de tomar cualquier tipo de decisión que puede ser arriesgada para su economía.
De esta manera, después de tener presentes los diferentes productos y herramientas para desarrollar un plan de inversión, nuestros asesores financieros de Caja Rural del Sur expondrán a quienes estén interesados las mejores opciones que tienen a su alcance en función de su economía y posibilidades.
Dependiendo de esto, y del perfil del inversor, puede que sea recomendable invertir en el mercado de valores, en acciones internacionales, nacionales o en fondos de inversiones. Existen tantas posibilidades financieras como perfiles de clientes que desean lanzarse a este mundo.