Según las estadísticas de la asociación UNESPA, el 40 % de los españoles ya tiene contratado un seguro de vida. Son muchas las dudas que invaden a los usuarios a la hora de contratar este tipo de póliza, por eso es necesario tener toda la información posible para que puedas sentirte seguro antes dar este paso. A continuación, te explicamos las claves para que puedas elegir un buen seguro de vida.
El seguro de vida ofrece una garantía económica para proteger al beneficiario o a su familia en caso de fallecimiento o invalidez permanente. Para asegurar este contrato, la compañía aseguradora exige el ingreso de una cuota que puede ser anual, semestral, mensual o trimestral, según sean las condiciones expuestas en la póliza.
Una de las dudas más frecuentes es la cantidad de dinero que puede recibir el beneficiario, esto se basará en función de lo que haya contratado el tomador en la póliza de seguros. Para ello, se debe realizar un acuerdo entre la entidad bancaria o la compañía aseguradora y el asegurado. Las condiciones pueden cambiar según sean tus condiciones de trabajo, edad o tu historial médico.
El concepto de carencia suele ser mencionado en muchos seguros, por esta razón es imprescindible conocer su significado. Se refiere al período en el que todavía el asegurado no puede disfrutar de las coberturas del seguro que haya tramitado. A la hora de contratar un seguro de vida, una de las preocupaciones habituales suele ser la siguiente: ¿qué ocurre si la persona que contrata el seguro fallece inmediatamente después?
En este caso, los seguros de vida no tienen períodos de carencia, con lo cual si se produce el fallecimiento se percibirá el dinero del acuerdo. Pero sí existen algunas excepciones en las que no cobrará, por ejemplo, si el fallecimiento es un suicidio o si padece una enfermedad grave.
Uno de los problemas que puede surgir es que fallezca el tomador del seguro. En esta ocasión, es conveniente conocer el papel de cada uno de los integrantes de la póliza. Es decir, si se habla del tomador del seguro, se refiere a la figura fundamental que realiza el pago de la prima del seguro. Y el asegurado, es la persona que cubre el seguro, normalmente el asegurado y el tomador suelen ser la misma persona.
¿Qué pasa con el beneficiario? Es aquella persona que recibe la indemnización económica si el tomador fallece. En esta situación, el beneficiario sería el designado por el tomador en el contrato y a quién se le ingresaría la cuantía económica.
Es cierto que actualmente existen muchas dudas sobre los tipos de cobertura que existen. Por esto mismo, te explicamos a continuación algunas de las más habituales:
Es la cobertura básica de un seguro de vida. Ofrece servicios para cubrir riesgos adicionales como los gastos del funeral y permite que los beneficiarios reciban un capital en caso del fallecimiento del tomador, que se irá revalorizando a lo largo del tiempo. Sin embargo, la efectividad de esta cobertura depende de las causas del fallecimiento si corresponde o no con el acuerdo que se haya firmado previamente.
En esta ocasión, para contratar este tipo de cobertura por invalidez es necesario que el asegurador y el beneficiario sean la misma persona. Si el beneficiario tiene entre sus manos el certificado de invalidez permanente y es aceptado por la póliza, percibirá la cuota que se haya establecido en el acuerdo con la compañía aseguradora.
Este tipo de cobertura por incapacidad es recurrente entre personas autónomas y profesionales. En este caso, si el tomador padece alguna incapacidad permanente total, temporal o presenta una baja médica, tiene derecho a que la compañía aseguradora le ofrezca la indemnización que le pertenece. Sin embargo, esto dependerá de las condiciones del seguro y de la incapacidad que presente la persona, que a su vez debe estar justificada.
A continuación, te enumeramos las exclusiones que suelen darse en los seguros de vida:
Siempre tenemos la duda de si es necesario o no contratar un seguro de vida. En especial, las personas que tienen hijos y que quieren garantizar una seguridad económica en el caso de fallecimiento. Este tipo de seguro dispone de muchas facilidades y ventajas, pero también existen algunos riesgos.
La razón para contratar este tipo de seguro es para garantizar a las personas beneficiarias de un capital económico si el tomador fallece, sobre todo si esta es la persona que más dinero aporta al núcleo familiar. De esta forma, obtendrá una protección económica para enfrentar diferentes imprevistos.
Para que no sufras ningún problema es importante que cuentes con un asesoramiento especializado, que te informe correctamente antes de contratar un seguro de vida. Sin duda es el mejor consejo para evitar firmar cláusulas que pueden perjudicarte y que pueden estar entre la lista de las exclusiones más comunes de las aseguradoras.
Uno de los riesgos más frecuentes es que las personas que padecen una enfermedad crónica opten por contratar esta póliza. Esto es uno de los motivos de exclusión por enfermedad que comentamos anteriormente, y por el cual los beneficiarios no podrían percibir la cuantía de dinero del seguro.
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