Las películas de robos y atracos nos han mostrado la presencia de cajas fuertes dentro de las instituciones financieras. Pero, es posible que todavía algunas personas piensen en ello como algo ficticio y no real. Por ello, en este post abordaremos algunas cuestiones frecuentes sobre las cajas de seguridad y exploraremos la posibilidad de alquilar una en ciertas situaciones.
A menudo, las cajas de seguridad de los bancos se envuelven en un aura de misterio, en gran parte debido a Hollywood y sus películas sobre grandes atracos. No obstante, estas cajas no solo brindan la opción de almacenar grandes cantidades de efectivo, sino que también pueden utilizarse para guardar otros objetos valiosos como documentos, joyas u obras de arte. De igual modo, es el propio propietario quien decide qué se deposita dentro de la caja y no tiene la obligación de declarar sus pertenencias ante la institución financiera.
Una de las características más notables del servicio de cajas fuertes en entidades financieras es la privacidad que las rodea. La entidad no tiene conocimiento de lo que hay en el interior, a menos que se contrate un seguro determinado. Por lo tanto, es el titular de la caja de seguridad quien es responsable de los objetos que se depositan allí. Sin embargo, es importante tener en cuenta que solo se podrá abrir la caja fuerte en casos excepcionales, bien por una orden judicial o si la Agencia Tributaria lo considera necesario.
El servicio de cajas de seguridad está reservado a un número muy limitado de clientes debido al alto nivel de confidencialidad. Para solicitar una caja de seguridad, es indispensable contar con una cuenta corriente en la entidad financiera correspondiente. Además, es fundamental que el cliente tenga una solvencia adecuada en la cuenta, y que la entidad financiera conozca completamente el perfil del cliente, y por supuesto, tenga confianza en él.
Este protocolo es necesario para prevenir que clientes con malas intenciones utilicen el servicio para guardar objetos robados, blanquear dinero o cualquier otra actividad ilegal.
Esta es una de las curiosidades que más intriga causa entre los clientes que presentan más interés. Pero, lo cierto es que no existe un coste fijo específico, sino que dependerá de algunas variables y de las condiciones de cada entidad. Igualmente, el precio de las cajas de seguridad se calcula en función de su volumen, que se mide en centímetros cúbicos. Por lo general, las dimensiones más habituales son:
Sin embargo, ¿Cuánto pueden llegar a costar estos espacios? Para tener una idea del valor real, es importante saber que el precio promedio por decímetro cúbico es superior a los 20 euros. Por lo tanto, el costo anual total podría ser de al menos 100 euros. Asimismo, se debe tener en cuenta que a esta cantidad hay que agregarle las comisiones correspondientes al servicio, las cuales varían según sea la entidad financiera.
Tal y como mencionamos antes, solo el propietario de la caja fuerte puede abrir su caja de seguridad. En el caso de que esta persona pierda la llave, lo primero que deberá hacer es informar de la situación a la sucursal. La entidad financiera tiene políticas y procedimientos específicos para los casos de extravío. Entre las posibles alternativas para asegurar la seguridad del contenido de la caja, se pueden destacar:
Hay que tener en cuenta que no todas las sucursales financieras ofrecen este tipo de servicio, aunque sí la gran parte. De hecho, es habitual que haya listas de espera debido al número limitado de cajas disponibles.
También las condiciones y las tarifas pueden ser distintas en función de la entidad financiera y la ubicación de la sucursal. Para saber con detalle toda la información necesaria sobre los servicios de alquiler de las cajas de seguridad, lo más recomendable es ponerse en contacto con la entidad local o sucursal que se encuentre cerca del entorno donde se reside.