El IRPF es un impuesto básico e indispensable integrado en el sistema tributario español. Por ello, conviene conocerlo para entender por qué se aplica y cómo se debe hacer de forma correcta.
El acrónimo IRPF pertenece al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Se trata de un impuesto que tienen que pagar las personas residentes en España por la renta de trabajo obtenida durante un año. Asimismo, las personas extranjeras que tengan su domicilio en España deberán abonar este impuesto, aunque no tengan la nacionalidad. Sin embargo, los ciudadanos españoles que residan en el extranjero no tienen la obligación de pagar el IRPF.
En este año 2023 se han incluido nuevas novedades que se deben tener cuenta para calcular el IRPF:
Entre las nuevas novedades fiscales que entran en vigor en 2023, se encuentra el método para realizar el cálculo del IRPF. Desde este año, se establecen 5 tramos que dependen de los ingresos reales. A continuación, te mostramos los tramos que se van a aplicar durante este año:
Si tus ingresos anuales ascienden a 32.000 euros, el tramo de tu salario que se eleva hasta los 12.450 euros se deberá pagar con un tipo impositivo del 19%, pero los dos tramos sucesivos (12.450-20.000€ y 20.000€-35.200€) se gravarán con las tasas correspondientes, al 24% y el 30%.
Las retenciones del IRPF consisten en una cantidad que se adelanta a la Agencia Tributaria y, a su vez, se reduce del impuesto que se debe pagar a la hora de presentar la declaración de la renta.
Por este motivo, si este porcentaje que se incluye sobre la nómina es menor de lo que se debe abonar, la declaración saldría a pagar. Esto quiere decir, que se tendrá que pagar el importe restante.
Pero, si aumentamos el porcentaje de retención de la nómina, el resultado saldrá a devolver. En esta situación, será la Agencia Tributaria la que se encargue de devolver el dinero que se ha adelantado previamente junto con las retenciones de la nómina.
Por su parte, las retenciones se pueden aplicar de tres maneras diferentes:
Los autónomos y, en especial, los nuevos autónomos tienen una situación peculiar. El primer año de alta y los otros dos consecutivos, pueden escoger por aplicar una retención del 7% en vez del 15%. Esta misma retención se refleja en la factura y de igual forma, se debe incluir en el modelo 130 o 131 (depende de si se grava por estimación objetiva o directa) cada tres meses.
Sin embargo, los autónomos que estén registrados en las actividades empresariales asociadas en la sección primero del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) no tienen la obligación de ejecutar las retenciones en las facturas. Por el contrario, aquellos trabajadores autónomos que se encuentren en las secciones segunda y tercera del IAE, sí que tienen que aplicar estas retenciones.
A la hora de emitir las facturas, los profesionales deberán incluir en ella el porcentaje del IRPF, así como el porcentaje que corresponde del IVA. Esto sucede siempre que se trate de una empresa o autónomo diferente y la operación se lleve a cabo en España.
Por lo general, si eres un trabajador por cuenta ajena, la retención del IRPF se incluye sobre la nómina. De esta manera, el empleado se despreocupa de ejecutar el pago, ya que es la empresa la que se encarga de reducirlo en su salario bruto y, posteriormente, lo añade en los modelos tributarios que correspondan.
Es habitual que, cada año, se indique un período para presentar la declaración de la renta, que suele tener lugar entre los meses de abril y junio. Aunque el plazo puede variar según el tipo de presentación que se vaya a realizar (física, online, telefónica).
Este plazo puede ser diferente para los profesionales autónomos, puesto que si aplican la retención en la factura, serían los clientes los que abonan este impuesto reduciéndolo de esta misma.
Por el contrario, si no se aplica esta retención en la factura, se debe presentar cada trimestre, el importe que pertenezca al pago del IRPF. Esto lo puedes hacer los días 1 y 20 de los meses de enero, abril, julio y octubre.
Si eres un trabajador por cuenta propia, es la empresa la que debe presentar el IRPF retenido a cada uno de los empleados. Además, se reducirá esta cantidad a su nómina.
Por otro lado, en el caso de ser autónomo y no tener la obligación de incluir la retención del IRPF en tus facturas, es este mismo profesional quien se encarga de hacer la declaración trimestral. En ella debe constar el porcentaje de los ingresos que pertenecen al pago del IRPF.
No obstante, si del mismo modo eres autónomo, pero no incluyes la retención en la factura, será responsabilidad de la empresa abonar este impuesto.
El pago del IRPF ayuda a recaudar ingresos de las personas físicas para financiar el Gobierno y contribuir al sostenimiento de los gastos públicos. Por ello, el pago es obligatorio para todos los trabajadores que se mantengan en activo, siempre que alcancen el mínimo exigido para este fin. Asimismo, este impuesto funciona de forma progresiva; cuantos más ingresos tengas, más deberás pagar.
Por lo general, se reconocen estos dos términos como sinónimos, ya que el IRPF es fundamental para presentar la declaración de la renta. Es más, la mayoría de las personas engloban ambos conceptos en un mismo, dado que la declaración de la renta es el trámite donde se formaliza el pago del IRPF.
Aunque para los autónomos tiene una connotación diferente. Es decir, estos profesionales tienen que presentar cada trimestre el modelo 130 (la declaración trimestral del IRPF) y durante la campaña de la renta, deberán entregar el modelo 100, el mismo documento que tienen que cumplimentar todos los contribuyentes.
A simple vista, el IRPF puede ser complejo, por eso conviene contar con un asesoramiento financiero especializado en este tema. Para facilitar este proceso, en Caja Rural del Sur, disponemos de diversos servicios como el pago mediante la app Ruralvía y Plazox con los que puedes flexibilizar el pago de tus impuestos. Además, te serán de gran utilidad para gestionar y estar al corriente de tus finanzas.