La subrogación de hipoteca es una manera sencilla de abaratar la hipoteca en vigor mediante un cambio a otra entidad bancaria. Este traslado hipotecario otorga al cliente grandes mejoras en las condiciones de su préstamo, sin necesidad de solicitar uno nuevo o cancelarlo. Ahora bien, no todos los hipotecados pueden tener acceso a esta operación.
Para hacer el cambio hipoteca a otro banco, es imprescindible cumplir con una serie de condiciones relacionadas directamente con la vivienda:
- El importe pendiente del crédito no puede ser superior al 80% del valor de tasación de la vivienda. Financiar una cantidad mayor a esa cifra puede generar riesgo de impago, por lo que los bancos imponen ese límite para llevar a cabo una subrogación de hipoteca.
- El periodo de amortización de la hipoteca no debe sobrepasar los 30 años. Las entidades financieras rara vez permiten devolver una hipoteca en un periodo de tiempo superior al mencionado.
- Las cuotas del préstamo hipotecario deben haberse pagado durante una cantidad de tiempo determinado, que normalmente ronda los 2 o 3 años. Esto dependerá de la política de riesgo de cada banco y es un método al que recurren las entidades para asegurar que los interesados en subrogar la hipoteca son solventes.
Por otra parte, el cliente o interesado en llevar a cabo la subrogación hipotecaria también estará sometido a ciertos requisitos relacionados con su estabilidad financiera:
- El titular del préstamo debe tener ingresos suficientes o mínimos para hacer frente a todas las cuotas.
- Situación laboral estable. De lo contrario, el banco denegará la operación para evitar riesgos. Este requisito varía según el tipo de trabajador:
o Trabajo por cuenta ajena: imprescindible tener un contrato indefinido o una determinada antigüedad en la empresa.
o Trabajo por cuenta propia: los autónomos deben certificar que acumulan unos años con una facturación estable.
- Pocas o ninguna deuda vigentes, así como ausencia de impagos. El banco en el que se subroga la hipoteca puede revisar el historial crediticio del cliente para conocer sus movimientos relacionados con préstamos, créditos solicitados o tarjetas de crédito, por ejemplo.
La subrogación de hipoteca es más rentable durante los primeros años del crédito, ya que los intereses que se están pagando aún son superiores a la amortización del capital. Sin embargo, existen diferentes circunstancias en las que sería viable solicitar la operación:
- Si la hipoteca actual es más costosa: sobre todo, en aquellas donde faltan muchos años para finalizarla.
- Si la hipoteca no se beneficia de la reducción del tipo de interés: se dan aquí dos situaciones dependiendo del interés:
o Interés de tipo fijo: un cliente pudo firmar una hipoteca de este tipo años atrás y que hayan cambiado sustancialmente en la actualidad.
o Interés de tipo variable: esto está directamente relacionado con la limitación establecida por la entidad bancaria con la que se firmó la hipoteca para beneficiarse del entorno de tipos bajos.
- Si surgen problemas con el pago de las cuotas hipotecarias: ello tiene que ver con los gastos que el cliente suma respecto a los que tenía al firmar la hipoteca. Muchas veces, las personas se ven sometidas a una reducción de ingresos que le impiden afrontar las cuotas mensuales inicialmente establecidas.
- Si es posible amortizar la hipoteca: la subrogación hipotecaria también es una opción interesante si surge la oportunidad de amortizarla. En otras palabras, si el cliente desea adelantar total o parcialmente el pago del crédito pendiente.
- Si es necesario ampliar la hipoteca: este factor tiene que ver con las necesidades económicas del cliente. Es decir, si necesita reservar más dinero para otro fin. Para este caso, es necesario que ya se haya abonado una gran parte de la hipoteca pendiente.