Empezamos 2022 con datos positivos de crecimiento económico, por encima del potencial en la mayoría de economías desarrolladas, aunque las valoraciones de muchos activos se sitúan en niveles record. La recuperación económica tendrá continuidad en este año, si bien estará sujeta a una mayor incertidumbre. El aumento de la inflación, la posibilidad de que surjan nuevas variantes del COVID y el inicio de la normalización de la política monetaria con subidas de tipos y reducción del balance de los Bancos Centrales, en especial en EEUU, podrían limitar el potencial de revalorización.
El comienzo de año ha estado marcado por las cifras record de contagios registradas por la variante Ómicron y por el anuncio de la FED en el que se hablaba de la posibilidad de reducción del balance más pronto de lo esperado, después de una subida de tipos que el mercado está descontando para el mes de marzo.
Los inversores esperan algo más de inflación, pero no cifras alarmantes
En el actual contexto de mercado, de mayor inflación y aumento de los tipos de interés a largo plazo, las bolsas han entrado en una etapa de mayor volatilidad, tras un periodo de revalorización con escasos episodios de corrección.
En los primeros días del año, se ha visto en las bolsas una rotación hacia sectores cíclicos desde los sectores de crecimiento y tecnología, que se habían beneficiado hasta ahora de una política acomodaticia de los bancos centrales. Así, hemos visto cierta caída en el sector tecnológico en EEUU, después de un fuerte rally, para dar el relevo a compañías más cíclicas como por ejemplo, compañías de energía, o el sector financiero que se beneficiaría de subidas de tipos de interés.
Visión positiva para 2022
Somos optimistas para 2022, pero pensamos que el entorno no será tan favorable como el que hemos vivido en 2021.
De cara al conjunto del año, prevemos rentabilidades más moderadas en la renta variable y más volatilidad, en un entorno de alza moderada de los tipos de interés, principalmente en EEUU. Los Bancos Centrales van a intentar acotar estos movimientos; los estados están muy endeudados por el esfuerzo fiscal que han tenido que hacer para salir de esta crisis y no les va a permitir irnos a intereses muy elevados. Este contexto no es malo para la renta variable que desde luego en términos relativos parece el activo más atractivo a largo plazo.
Concretando en nuestros fondos, los expuestos a la renta variable europea y a renta variable española han comenzado mejor el año, por el contrario, otros fondos que tienen mayor exposición a tecnología o activos de renta fija de larga duración como pueden ser los fondos sostenibles, han comenzado el año con ligeros recortes.
Nuestra gestora y la sostenibilidad
Entre las áreas con mayor potencial de crecimiento se encuentran las inversiones sostenibles, que experimentaron un fuerte desarrollo durante la pandemia y son cada vez más demandadas por los clientes.
Nuestra gestora, Gescooperativo, dispone de una gama de fondos sostenibles, que mantiene un peso significativo en inversiones en compañías que ofrecen soluciones para el acceso y la gestión del agua, que invierten en tecnología, bienestar, medio ambiente, ecología o en sectores relacionados con la nutrición y en la parte de renta fija destinamos un porcentaje a la inversión en bonos verdes.
En el último año en la gestora se creó un nuevo fondo, Rural Futuro Sostenible, FI que completaba la gama en el perfil más arriesgado, dentro de los fondos registrados conforme al artículo 8 del Reglamento de Sostenibilidad. Este fondo, además de aplicar criterios ESG a la hora de seleccionar las inversiones, también invierte en grandes tendencias actuales como es la mejora de la calidad de vida, la trasformación digital o la descarbonización de la economía.
Nuestra apuesta por la sostenibilidad continúa este año, prueba de ello es que actualmente estamos trabajando en la creación en un fondo de impacto bajo el artículo 9 SFDR, con todos los retos que ello supone.