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Revoluciona tu trabajo con el design thinking

¿Eres fan del design thinking? Empieza a aplicar esta metodología en tu vida y en tu trabajo con nosotros


¿Estás todo el día pensando en el trabajo? Es lo más normal del mundo, porque gracias a él puedes pagar las facturas del piso y los gastos fijos como la luz y el agua. De ahí viene la importancia de pensar en metodologías que te van a ayudar a acelerar tu trabajo, para lograr más ingresos. Para ello tienes el design thinking. 

Aprende más sobre el design thinking y cómo puedes implementarlo en tu empresa o negocio si eres autónomo en este artículo. 

Las claves del design thinking 

El design thinking es una metodología de trabajo que se centra en el pensamiento creativo y la resolución de problemas a través del diseño. Se basa en la idea de que cualquier problema puede ser resuelto mediante la empatía con el usuario, la creatividad y el pensamiento crítico. 

Una buena idea es aplicarlo a los post que escribes para un blog, ofrecer un mejor servicio a los clientes o, simplemente, descubrir nuevos métodos que te ayuden a dar lo mejor de ti mismo a los demás en tu día a día. 

Cómo aplicar el design thinking en tu trabajo 

Existen varias claves para que puedas aplicar el design thinking a tu día a día, con la simple ayuda de un papel y bolis de colores. Ya verás cuando llegues a tu empresa y les propongas esta metodología tan divertida y productiva. 

Para ello, sigue estos pasos uno a uno. 

  1. Busca la empatía y déjate llevar por la curiosidad. La mejor forma de empatizar es hablar directamente con los clientes, preguntándoles qué soluciones de tu empresa les harían la vida mucho más fácil. Divídelo en dos partes: primero busca una respuesta general sobre qué es lo que buscan y luego una sobre los productos que ya ofrece tu negocio. 
  1. Aprovecha para definir bien las ideas. Una vez hayas hecho la recopilación, podrás darle un nuevo enfoque a tu comunicación. Pon en el papel todas las ideas que se te ocurran (y que tengan que ver con tu empresa), y no deseches ninguna por muy loca que sea, porque ya sabes que algunos de los mejores conceptos nacen de ideas verdaderamente innovadoras. 
  1. Haz un prototipo con estilo. Crea tu propio prototipo utilizando todas las ideas que has recopilado y trabaja en equipo para sacar el mejor resultado posible. Asegúrate de que el prototipo tenga estilo y sea creativo. 
  1. Prepara test fiables y verídicos. Ahora tienes que lanzar el prototipo al mundo, a tu público objetivo, observando sus reacciones para ver si realmente merece la pena. Toma nota de todo: si lo miran con malos ojos o si se enamoran de él, porque toda la información te ayudará a tomar decisiones finales sobre el producto que vas a crear para ellos. 

El design thinking tiene la virtud de que puede aplicarse en tu día a día, no solo en tu trabajo. Piensa en todas las ideas creativas que puedes tener con tus amigos, poniendo un poco de diseño creativo en tu vida para que empieces a hacer más feliz la vida de los demás. ¡Mucha suerte!


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